Mi hermanita querida A.K.A. La Crayola Roja, está embarazada.
Esa es la gran noticia que he estado anticipando en mis últimas dos entregas.
Esa es la buena nueva que ha renovado nuestra esperanza y nuestros bríos en los últimos meses. Creo que cuando digo esto, hablo por más personas que La Generala y su servilleta.
Tú, caro lector, sabes mejor que nadie lo que hemos pasado mi esposita y yo en este tiempo para tratar de tener hijos y que hasta ahora se nos ha negado. Así que seguro estarás pensando ¿Y como les hizo sentir esto a ustedes? Es una pregunta difícil, pero la respuesta no lo es. No negaré que al principio fue un recordatorio de lo que otros si pueden lograr y nosotros no; pasado ese brevísimo, egoísta, pero también muy humano trance, nos pusimos muy felices, primero por la Crayola y el Pelón y luego por nosotros porque seremos tíos.
Nada más para que se den un quemón, mi querida carnala, es una mujer que desde chiquititita, ha manifestado un exacerbado sentimiento materno hacia cualquier otro ser vivo. Especialmente con los niños. Así como un escultor trabaja con el mármol y un pintor trabaja con el lienzo. Así como un ingeniero trabaja con las medidas o las probabilidades y un médico con la gente. En la noble profesión de la Crayola, su materia prima son los niños. Ella ha probado desde siempre ser superior a cualquier persona que yo conozca en ese sinuoso terreno que representan esos locos bajitos.
Mi hermana ha tenido ese don desde que la conozco. Primero la manifestó en sus muñecas y luego en todos los demás. Por ejemplo conmigo, a pesar de ser cuatro años más chica, siempre ha ejercido una fútil maternidad de la que a veces me dejo, a veces me quejo y a veces no se que decir.
Al menos en ese sentido, creo que hemos encontrado un estable equilibrio en el que le permito que se sienta mi mamá, pero luego me le suelto corriendo.
Todo este rollo solo para que entiendas querido lector, que la mayoría de nosotros, hoy no estamos preparados para ser padres. Los que ya lo son, siguen aprendiendo el noble arte cada día. Algunos de nosotros, no tendríamos ni idea de por donde empezar.
Mi hermana no. Ella “ya nació enseñada” como diría el compadre de mis papás, y está lista para ese papel que desempeñará como nadie, no me cabe la menor duda.
Además tiene la bendición de estar casada con un hombre, que es la apoteosis de un Caballero y que tiene el mismo talento que su esposa. Nació para ser padre.
No solo eso. Nos han bendecido a los Mcrows (a la Generala y a mi para los que no entiendan), con que seamos los padrinos del bebe.
El día que nos dieron la noticia de que seríamos los padrinos, fue el primero de este joven año. Creo que ellos no han entendido lo que significó para mí, esa breve, pero supercalifragilisticaespialidosa noticia. Fue suficiente para que este año lo arrancara con mucha energía que hasta ahora, no se me ha acabado.
Hoy perdí mi apuesta y me confirmaron que la que viene… es una niña. ¡Una hermosa niña que llega a nuestras vidas por cortesía de la Crayola y el Pelón! ¿No es una gran noticia?
Eso no es todo. Hay otra cosa más que contar.
Nosotros ya mandamos a nuestra anterior doctora a hornear los muffins. Después de dos años de estar pegando por el mismo lado, cambiamos de Doctor.
El nuevo me tiene encantado. Yo creo que si la Generala no se pone buza, pronto le pediré matrimonio a este galeno. Ya encontró un problemita y ya estamos trabajando para solucionarlo. Hoy nos dieron la noticia de que nuestro problema va mejor. Quiero mantener la calma y no hacerme falsas expectativas, pero no puedo. Me siento renovado y esperanzado. Esto junto con la noticia de que el bebe de la Crayola y el Pelón es una niña, me hace sentir que pronto todo va a estar muy bien.
Querida sobrina que vienes en camino: Tu que vives aún en ese tibio y seguro líquido del que todos salimos y que pronto llegarás a nuestras vidas. Tu que tienes un canal más fuerte con las fuerzas celestiales. Trae contigo cuando llegues, como torta bajo el brazo, la buena nueva para tus padrinos. Para que no tengas que aguantar mucho tiempo con nosotros los betabeles y tengas un primo o prima para jugar.
Aprovecha estos cinco meses que vas a estar ahí metidita en tu Crayolesca madre, para traernos a nosotros a tu esperado primito. Yo en recompensa, te daré jugosos domingos toda tu vida y te recibiré en esta calida mansión, cuando tus papás te tengan hasta la coronilla.
Quiera Dios.
De dichos, hechos y derechos desechos
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Siempre de los siempres siempres que me recetan un nuevo medicamento
investigo de que va para saber que le meto a mi cuerpo y tener presentes
las consecue...
Hace 2 días