sábado, 26 de junio de 2010

Migración Bovina

La pasada entrada futbolera, no me permitió abordar algunos de los temas importantes que han acontecido en las últimas semanas.
El tema del futbol, sigue siendo muy difícil de evadir ante este tan extraño mundial que estamos viviendo. Ahora resulta que tanto Francia como Italia, ya hicieron sus maletas y van de regreso a sus respectivos hogares. ¿Qué tal eso?
En México estamos ansiosos por el juego del domingo, contra la poderosa selección de Argentina.
Hablando de esto, quiero aclarar algunos puntos que tal vez no quedaron claros en la pasada entrada. Desde luego que yo no tengo nada contra Argentina; por el contrario, ese hermoso país y su gente, representan para mi uno de los sitios sin los cuales, America no puede entenderse y quererse. Mi cariño siempre para los argentinos y su tierra. Lo único que establecí, es que Maradona, el actual director técnico de la selección de futbol de ese país y desde luego, uno de los mejores jugadores de futbol que han existido; me cae como patada de mula a las siete de la mañana en los gumaros. Pero sólo él.
Espero que con esta nota aclaratoria, quede zanjado este asunto con mis amigos argentinos.

Dejemos de lado un momento al mundial y a sus inesperados resultados, para abordar temas por demás importantes. Uno de ellos es la definitiva mudanza de mis amigos los Vacunos a esta ciudad de las montañas.
Así es querido lector, mis bovinos amigos, dejan su hogar ubicada en la importante urbe de Celaya, y vienen con todo y triques, a asentarse en esta noble metrópoli, poblada de medio verdes cerros que de lejos se ven azules, cuna de importantes hombres y que el sábado por la tarde siempre huele a carne asada.

Desde luego mi magnánima esposa y su servilleta, así como el clan que conformamos, nos sentimos muy contentos de tenerlos de nuevo tan cerca.
Servicial y obediente como soy, ofrecí mi apoyo al Sr. Vacuno, en la noble misión de encontrar una nueva casa; donde él y la Sra. Vacuna, podrán ser felices para siempre y tener muchas vaquitas y vaquitos.

Así lo llevé y lo traje, a todas las mansiones dignas de la estirpe de un ganado de semejante categoría. Unas le gustaron y otras no; lo importante es que al final se decidió por una. Eso de se decidió es un decir. Porque el Sr. Vacuno al igual que el de la voz, vive sometido en un intenso matriarcado, donde la Sra. Vacuno, es la mamá de los pollitos. Aunque esta última afirmación, ponga de cabeza a los zoólogos.
O para decirlo de otra forma, mi amigo es una víctima más de una dictadura de proporciones catastróficas, como la de Hugo Chavez en Venezuela.

Sobra el decir que yo lo entiendo, porque somos víctimas del mismo mal.

Aunque a él ya le había gustado una casa, todavía necesitaba el visto bueno en original y dos copias, de su Majestad Vacuna I. Así que de inmediato hicimos las gestiones necesarias, para subirla en un avión de primera clase como manda el protocolo. Volarla hasta estas tierras áridas y recibirla con todos los honores que su cargo demanda.
Así, después de toda esta maroma, la Sra. dio su consentimiento para el usufructo de la vivienda y comenzó el arduo trámite de transferir los poderes de Celaya a Monterrey.

El Sr. Vacuno y yo, respiramos aliviados de tener la venia de ella, porque dicho sea de paso, nos acomodamos una buena friega, yendo de aquí para allá, bajo la insoportable temperatura de cuarenta grados a la sombra.
Lo importante es que ya estamos listos para la ceremonia de bienvenida, que habrá de ser buena y habrá de ser larga.
Le doy gracias a la vida por tenerlos cerca de nuevo y por el capítulo en sus vidas que están a punto de iniciar. Estamos tan contentos de tenerlos acá, que la Generala podría romper la ahora irreconocible faja de felicidad.

El otro asunto que quedó pendiente no es tan alegre. Ese es la muerte de José Saramago; que en lo personal me hace sentir la tristeza y el vacío, de cuando se va un grande.

Desgraciadamente el tiempo se nos ha venido encima y el maestro Saramago merece mucho más que las últimas tres líneas, en este virginal e inconquistable blog, que se llama ahora y para siempre La Hora de Mcrow.

Podéis ir en paz.

sábado, 19 de junio de 2010

El Mundo es Redondo

El tiempo es relativo. Así lo siento ahora porqué la última vez que escribí, me parece tan lejana y pienso que tal vez ya pasaron varios años, aunque en realidad sólo haya sido un par de semanas.
Seguro la primer pregunta de mis tres lectores será: ¿Cómo sigue la Generala de los males que la aquejaban?
Tengo el placer de informarles que se encuentra en franca recuperación total y reintegrada casi en su totalidad, a sus arduas labores diarias. Muy bien por ella, pero mejor por todos los demás. Especialmente este sufrido aprendiz de escritor, que la verdad ya no sabía donde ponerla.
Tengo muchas otras cosas que contar, sin embargo, he de pasar al tema más importante que se gesta actualmente y ese no podía ser otro que el del mundial de futbol.

Me recuerdo hace casi 25 años, cuando este que les escribe, tendría unos ocho años y viví de manera conciente la primera copa del mundo de futbol.
He de confesar a la amable concurrencia que me favorece con su lectura, el hecho de no ser una persona sumamente futbolera. Pero por favor díganme ¿Quién puede resistirse a los seductores arrebatos carnales de un mundial de futbol? Más aún, cuando el país en el que uno nació, forma parte de ese selecto grupo de naciones participantes.

Recuerdo el Mundial de México 86 como si en realidad hubiese sido México 2009. Recuerdo la calurosa recepción de la selección verde amarela a Guadalajara y el controvertido gol que le anularon a España en el partido entre estos dos.
Recuerdo el ascenso de Maradona y su gol donde burló hasta al vendedor de chelas. Por supuesto que también recuerdo su gol con la “mano de Dios”. Desde ese entonces pensé: que bien juega ese gordito, pero que mal me cae.
Recuerdo al extraordinario portero de Bélgica Jean-Marie Pfaff y los suspiros que mi mamá emitía por los rubios rizos de este arquero. También recuerdo que fue el último mundial de Michel Platini.
Recuerdo haber asistido al partido de Brasil contra Argelia y que mi papá me compró unas horrorosas calcetas blancas, con las respectivas banderas, que entonces fueron mi fascinación. También recuerdo conocer a la innombrable selección de Polonia, que creo que todavía ni llegaban, cuando ya se estaban regresando.

Recuerdo las lágrimas en el rostro de los brasileños, cuando fueron eliminados por Francia. El gol que le anularon a México contra Alemania y que nos eliminaron en penales, como normalmente sucede.
Recuerdo el partidazo que fue la final Argentina contra Alemania y la felicidad de que ganaran los primeros. También recuerdo a ese coagulo hepático llamado Neri Pumpido, portero de la selección Argentina y los desaires que hizo a México.
Sin embargo México 86, pasó a la historia como uno de los mejores mundiales incuestionablemente. Creo que en parte lo hizo, porque el mundo se dio cuenta que a pesar de todo, México es uno de los lugares más felices de la tierra y que nadie nos gana para la pachanga y la fiesta. Ni en penales.

Lo más importante (al menos para mí), fue que ahí me enamoré perdidamente de los mundiales de futbol y aunque las Olimpiadas son muy bonitas y mucho más antiguas, el mundial es el mundial.

Sudáfrica, ahora organizador de esta contienda, me recuerda mucho a México en el espíritu de su gente. Tienen muchos problemas como país, tienen una riqueza en recursos naturales y con todo y eso, los ecos del “Apartheid”, aun resuenan en la mente colectiva de este pueblo.
Así las cosas… han demostrado también ser muy buenos para la fiesta y su mundial, que en lo futbolístico deja mucho que desear, no lo hace cuando vemos la calidez y la felicidad de la gente que conforma esta nación multicolor.

Hace dos días, México hizo lo impensable. Ganarle a Francia por un contundente dos a cero, lo cual tiene al país loco de alegría.

Algunos se enojan y dicen que esto es puro pan y circo, que México no está para celebrar, que hay cosas mucho más importantes que esa, ¿Cómo es posible que estemos celebrando la victoria en un juego de pelota cuando tenemos tanta violencia, narcotráfico, malos políticos y temas en el tintero?

A todos esos detractores les digo, que por favor se vayan mucho a freír espárragos y dejen de estar enchinchando la algarabía tan anhelada, de un país que la ha visto tan poco en los últimos tiempos.

Dice un amigo, que el futbol es la cosa más importante de las menos importantes. Por supuesto yo no pienso que sea más trascendental que todos nuestros problemas; pero si veo a mi país feliz, no me importa que el causante sea un juego de futbol.
Porque el futbol podrá ser sólo un juego y el mundial un espectáculo más; pero el hecho de que en México, un partido nos ponga a todos en pausa y nos una contra alguien externo y además nos provoque una alegría colectiva como país. Pienso que es como una inyección antibiótica para todos nuestros males.

Ahora pienso que aunque un empate nos va bien contra el Paisito, la verdad es que deseo que México gane, para quedar en primer lugar de nuestro grupo y que los Charruas arreglen sus añejas diferencias con Argentina en octavos de final; equipo al que no nos queremos topar, hasta que hayamos calentado un poquito más y podamos ganarle con todo y ese técnico payaso que alguna vez fue un gran jugador.

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