viernes, 12 de noviembre de 2010

El Cantar de Cancún III

Sobre cómo su seguro servidor, es en realidad un sireno que habita entre ustedes los mortales.

Cuando era un bebe, dicen que mi mamá me cantaba la canción que hizo famoso a Rigo Tovar. La legendaria pieza: “El Sirenito”.
Esta inteligente y profunda canción (?), hablaba sobre un tipo que mientras buceaba por el fondo del océano, se encontró (y enamoró) a una bellísima sirena. Pidió su mano, yo me imagino que al papa de la sirena que ha de haber sido un pescadote, y se casaron en las playas de Caleta. No imagino a nadie contrayendo nupcias en un lugar más horrible; pero recuerden que hablamos de Rigo Tovar y por tanto rey indiscutible de todos los nacos. Dios lo tenga en su santa gloria.
La razón por la que la autora de mis días, decidió, que esta era la canción apropiada de quien esto escribe cuando era bebe, siempre me había sido totalmente desconocida. Sin embargo debo aclararte que efectivamente, soy un sirenito.

Mi mamá nunca supo nadar y por lo tanto, decidió que yo pasara de lactantes dos, a nadador olímpico de inmediato. Al año y medio de vida, fue cuando acudí a mi primera clase de natación y desde entonces, nado y amo profundamente el agua, el mar y todo lo que de ellos emane. Siempre he pensado que soy un ser, forjado en las profundidades y nacido de una concha de mar, aunque no con el mismo garbo de la Venus de Boticelli. Siempre me he preguntado por que la mencionada Venus, no trae arena en las patas, agua en los oídos y no la está revolcando una ola. Imagino que es una de las ventajas de ser un dios.
Cuando ahora en nuestra temporal estadía en Cancún, tuve la oportunidad de bucear por primera vez, me pareció que era una experiencia que no debería perderme. Así que después de una “lección gratis” en la alberca de nuestra prisión de cinco estrellas, decidí que era momento de volver a las profundidades de las que años atrás, sin duda alguna salí y recorrer ese mundo sin igual, que el mar esconde para los pocos aventurados que decidimos descender y para los escasos televidentes del Discovery Channel.

Mi pareja, alias Penélope, comenzó a actuar como si yo fuera Ulises embarcándose a Ítaca desde de que le comuniqué mi decisión. Inmediatamente se le espantó la leche y se le enchinó aún más, su ya de por si encrespado cabello.
Sin embargo, he de reconocer que me apoyó y respetó la decisión de hacerme a la mar, con otro grupo de bastante crudos estadounidenses y un ruso. Siempre es importante en estas peligrosas misiones llevar un ruso, recuerden bien eso mis queridos educandos; son personas sumamente disciplinadas, tecnológicamente avanzadas y siempre benefician la empresa. Además la mayoría de las veces traen vodka.
Respecto a mis otros compañeros, debo decir que el resto del camino, serán un lastre para nosotros los avezados marineros y buzos. Ya que como mencioné, un día antes se habían puesto hasta las chanclas y seguro eso de la buceada, nada más no se les iba a dar.

Encabezando nuestra expedición iba el paciente Jaime “El Buzo” y nuestra alegre y apasionada videografa. Ambos nacidos también en el fondo del mar y tostados por el sol de Cancún. El mexicano. Ella francesa.
Tomamos la clase de rigor, que nos permitiría sumergirnos en el reino de Poseidón. Nos pusieron los trajes spandex, con los que nos parecíamos a los “Hombres X”, nos equiparon; desde luego pagamos, porque nada en esta vida es gratis y ya estábamos listos. El que no estaba listo era el barco y el capitán, que pienso se habían quedado dormidos por ahí en un arrecife. Por fin despertaron al capitán, pero resultó que nosotros teníamos que ir para allá; y si tienes que ir a un barco que está en medio del mar, lo mejor es hacerlo con estilo. Así que abordamos varios jetskis y hacia allá fuimos.

A mi me tocó llevarme a la videografa y ahí comenzamos nuestro romance, ante la reprobatoria mirada de mi compungida Penélope. Llegamos hasta nuestro barco, llamado “Hechicero” y debo aclarar, que aunque el nombre se oiga sugerente y místico, no hay tal. Es una lanchita bastante piligüija, que sirve solo para llevar y traer buzos. Cuando llegamos hasta ella, comenzó la ardua preparación para tener una inmersión exitosa; pero esa luego se las cuento.

7 comentarios:

  1. cálmate sirenito buzo experto!!!! :P besos

    ResponderEliminar
  2. Hola, Mcrow, me ha encantado la continuación de tu macrowlato, pero tengo una pregunta: ¿ Qué significa piligüija? Un abrazo.
    Rampy

    ResponderEliminar
  3. Por cierto te recomiendo un cuento de Oscar Wilde "Pescador y su alma" creo que Don Rigo, era el Wilde de la cumbia. Si señor!!

    Saludos compadre

    ResponderEliminar
  4. Ufff ...ya quiero que continúe la historia ...muchas preguntas como pudiste meterte en el traje de buzo ?...colocarás fotos?...en que termino el romance?...compartieron el vodka el ruso y tú?...Penélope te espera en la orilla si lee esta historia de amor con un sartén ? ...te reconocieron allá en lo profundo del mar ?...ya nos contaras jajajajaja besos y bendiciones a tu Penélope y a ti por hacernos la vida más divertida se les quiere!!

    ResponderEliminar
  5. no había podido comentar pero tengo una ecuación muy sencilla.......

    si mi mamá te cantaba una canción de Rigo Tovar.... y Rigo Tovar es el rey de los nacos... eso quiere decir que mi mamá es una naca? jajajaajajaj o que el naco eres tú porque te gustaba que te cantaran el sirenito??

    ResponderEliminar

Tus comentarios son muy importantes y me llenan de alegría.
Por favor siéntete libre de escribir lo que quieras.

Contador de Visitantes