viernes, 11 de febrero de 2011

¡A la Dieta mis Marranos!

¡Ya! ¡Ya!... paren por favor. Deténganse y déjenme de escribir y de pedir que vuelva a este blog. ¡No puedo con tanta presión!
Han sido demasiados los mensajes e insufrible la agonía, yo lo entiendo más que nadie, pero por favor, tranquilícense. Me mandaron una petición con tatacientas firmas pidiéndome que vuelva al teclado. Hay gente que ha hecho penitencia y se va de rodillas por varios kilómetros a ver si con eso, el de la pluma, normaliza su actividad en este enlamado blog.
A mi toda esta parafernalia mediática e histeria colectiva, la verdad es que ya me dio miedo. Se me espantó la leche, se me engarruñaron los dedos, las manos se me partieron y hasta un fuego me salió.
La verdad es que nada de eso ha pasado. Nadie ha mandado petición ni nada. Salvo dos o tres mensajes preguntándole a la Generala si no he muerto, no hay nada más. Pero van a ver… este año no les voy a dar bendición Urbi et Orbi.

Yo creo que todo esto es por el cambio tan radical de estilo de vida que estamos teniendo mi aguerrida esposa y su servilleta. Estamos que no creemos en nadie.
En mi pasada entrega, les platiqué que habíamos dejado de fumar y eso ya de por si es caótico. La verdad es que al principio fue muy difícil y si no hubiera sido por uno de esos cigarros electrónicos, seguro habrían leído en la nota roja el terrible asesinato de la Generala por parte de su fiel eunuco. Pensándolo bien, tal vez podrían haber leído primero el mío a manos de la terrible fiera.
Pero eso no es todo queridos amigos; como diría Raúl Velasco: ¡Aún hay más! (Díos nos lo dio, Díos nos lo quitó. Bendito sea su santo nombre). Además de haber dejado el terrible pero delicioso vicio del cigarro; nos hemos puesto a dieta. Así es; a dieta para bajar de peso. Misma que nos tiene comiendo frutas como changos de Chapultepec todo el móndrigo día. El rato que dejamos de comer frutas, comemos hierbas. Ocasionalmente cuando nos dejan comer un insípido Hot-Dog, hasta fiesta hacemos. ¡No hay derecho!

No conformes con esto, nos pusimos a hacer ejercicio. Yo ya llevo mes y medio haciéndolo al menos cinco veces por semana y la Generala me motiva, acompañándome una vez por mes. Se hace lo que se puede.
Ella se da la manga ancha con el ejercicio y yo me la doy con el cigarro. Entonces a veces me fumo un puro. Porque en algún rincón de mi intrincada e inescrutable mente, existe una creencia de que fumar puro ocasionalmente, no cuenta como fumar y como diría José Alfredo Jiménez: Ahí nos vamos.

Entonces ahora me levanto temprano, hago ejercicio, me voy a trabajar, me como un sándwich saludable y una carretilla de papaya. Después al medio día, me como alguna inmundicia que mi Faraona con su pericia culinaria, hace más o menos comestible. Después devoro una manzana, regreso a trabajar y me echo otra manzana más tarde. Regreso a casa en la noche con ganas de comerme al Joey, solo para descubrir que me toca cenar una taza de ejotes con sal. Además no puedo fumar (más que puro y de repente) y el café que es mi otro vicio, me han hecho quitarle el azúcar, para sustituirlo por la inenarrable Splenda, que más bien sabe como a Esperma. Yo me imagino aunque nunca lo he probado.
Eso me ha obligado a tomar mi café sin nada y eso ha vuelto mi mundo gris y triste, porque para mi el café lo es todo y además es con azucar. Ni modo.
Después de este periplo diario, a las diez de la noche soy un rastrojo ambulante que se quiere dormir, porque estoy cansado del ejercicio y además la vida no tiene sentido sin todo lo que engorda, mata o embaraza.
La recompensa llegó ayer cuando pesé seis kilos menos y vamos por más. Aunque sería más propio decir que vamos por menos. Me voy a poner tan flaco que lo primero que haré, será burlarme de todos los gordos. No es cierto, no voy a hacer eso.

Entre todo esto ¿a que hora podría yo escribir? Vaticino que me verán poco por aquí en los próximos meses. Quien sabe. A lo mejor encuentro otra fuente de mis poderes y hago que pueda volver a escribir por lo menos una vez a la semana. Ya veremos dijo un ciego.

Por lo pronto tengo pendiente contarles la gran noticia y debo hacerlo cuanto antes, para que no me vaya a ganar. ¿Qué me va a ganar? ¡Pues la noticia hombre!
Estamos muy contentos y emocionados con eso, pero no he encontrado el tiempo y eso si que lo merece.

Por lo pronto aquí les dejo esta colaboración a la literatura universal y si me piensan premiar con algo, por favor no lo hagan con frutas. Una hamburguesa se agradecerá. Una paella del Vacuno también. “Ai” lo que sea su voluntÁ para este pobre par de hambrientos ex fumadores.

5 comentarios:

  1. ¡¡¡NOTICIA!!!
    ¿Acaso será la que me imagino?, deseo con todo el corazón que si.


    Un abrazo y a seguirle con la dieta ¿ya qué?.

    ResponderEliminar
  2. Hola, Mcrow, si la noticia es la que yo me imagino que es. enhorabuena.
    No sabes cuánto me alegra de leerte después de tanto tiempo.
    Recibe un abrazo enorme.
    Feliz fin de semana.
    Rampy

    ResponderEliminar
  3. Tio Mc: Exigimos se nos anuncie la noticia.

    ResponderEliminar
  4. " LA VIDA NO TIENE SENTIDO SIN TODO LO QUE ENGORDA ,MATA O EMBARAZA" SI , SI , SI SEÑOR¡¡¡

    ResponderEliminar
  5. Sabes como se deja a un tonto con la duda?...

    ResponderEliminar

Tus comentarios son muy importantes y me llenan de alegría.
Por favor siéntete libre de escribir lo que quieras.

Contador de Visitantes