jueves, 17 de septiembre de 2009

Condiciones Insalubres

Hoy es el ciento noventa y nueve aniversario de que en este país unos pocos tomaron la iniciativa de que fuésemos independientes. Pero a mi todo eso ahorita la verdad me tiene sin cuidado. Antes de que se me vengan encima los pocos lectores de este virginal blog, les anticipo que soy muy patriota; solo que yo ahora tengo cosas más importantes en la cabeza, así que no me estén fregando hasta que se llegue el bicentenario. Ahí si por favor cuenten conmigo para ponerme un buen zarape, sombrero, bigote postizo, ponerme unas cartucheras cargadas con dos botellas de tequila y servirle a cada masiosare que se me acerque su “shot”.

Ahora tengo cosas más prioritarias en la cabeza que no me dejan pensar. Por ejemplo el inminente viaje a San Francisco, llevar mi traje a la tintorería, ¿Cuántos pares de calcetines debo de llevar?, dejar todo listo en la chamba para que llegando mi jefe no me haya corrido. Hacer que mi dulce esposa deje todo preparado en el suyo para poderse marchar también. Además de los respectivos problemas que hemos tenido desde que mi consorte (consuerte a de ser…) decidió reintegrarse al mundo laboral.

Nosotros nos regíamos desde hace dos años por un convenio conocido como “El Tratado de Celaya” en el cual nos dividíamos los cargos de la casa de la siguiente manera: ella la Gerencia General del Hogar y Servicio Periciales, así como Departamento de Inteligencia y Rastreo. Yo la Vicepresidencia de Abastecimientos con responsabilidad directa del Departamento de Quejas y Atención al Cliente, así como la Tesorería, Pago a Proveedores y limpieza de rincones altos; y Joey es algo así como el Secretario de Seguridad, además de coordinar el Departamento de Aduanas y reciclaje de comida de dudosa reputación. Sin descuidar desde luego el de Jefe del Estado Mayor de la Generala y perro de compañía.

Pero todo dejó de estar tan bien organizado cuando la señora decidió así nomás que ella empezaba a trabajar. Que le había hablado su ex-jefa y que quería expandirse en Monterrey y que ella le ayudara y que trabajara mucho y que tal vez le pagaría. Entonces así nos quedamos el Joey y yo sin nuestra Gerenta General del Hogar y Servicios Periciales, Inteligencia y Rastreo.

El Joey quien ya no tiene a quien escoltar ni nada que proteger, dedica aproximadamente el setenta por ciento de su tiempo a dormir y el otro treinta por ciento lo dedica a sus asquerosas necesidades fisiológicas. Mismas que a manera de protesta por el “Nuevo Orden Mundial”, ha decidido dejar en donde se le de la gana.
¿Qué hace un pobre Vicepresidente de Abastecimientos y bla bla bla como yo ante tal insubordinación? Pues reprime al infractor por alterar el orden público; lo que solo ocasiona hacer más intolerable mi relación con el ante tan ya de por insostenible situación.

Además de esto tenemos una montaña de platos sucios y sí no hubiéramos lavado ropa un día en la noche ella se hubiera tenido que poner su vestido de novia y yo mi traje de baño para ir a trabajar porque era lo único limpio que quedaba.

He estado pensando en abdicar, pero como no soy Papa ni Rey, no he sabido como hacerle. También he pensado en renunciar a mi cargo, pero mi estricto sentido de la ética es un lastre y no me permite abandonar el barco cuando este se está quemando.
Por lo tanto convoque de inmediato a todo mi gabinete a una urgente junta donde establecí los puntos claramente y fijé mis condiciones:

No estoy dispuesto a seguir trabajando y encima de eso llegar a lavar los platos. No estoy dispuesto a andar atrás del Joey limpiando todas sus “protestas”. Tampoco estoy dispuesto a que los fines de semana que son mis dos únicos días de descanso nos la pasemos haciendo limpieza general como sí nos fuera a caer salubridad. Además no toleraré continuar con el refri vacío y sin nada en el, por la falta de tiempo para ir al super.
Ha llegado la hora de contratar ayuda para la casa y que este gobierno tenga en sus filas un nuevo integrante que venga a subsidiar todo lo que no estamos pudiendo hacer.
Ahí fue cuando mi esposita me dijo muy feliz y sonriente: ¡Una novia para el Joey!

¿Una novia para el Joey mi amor? ¿Pero que ahora si se te brincó la cadena de la distribución? ¿¿COMO QUE UNA NOVIA PARA EL JOEY?? Pero si yo estaba hablando de alguien que venga a hacer los insufribles trabajos del hogar por una módica y razonable suma.

Antes de que se me lancen encima las féminas que me favorecen con su lectura, quiero aclarar que yo no soy ninguno de esos tipos a los que les priva que la señora trabaje. Al contrario yo soy de esos que les encanta que las mujeres se desarrollen en el plano profesional.

Pero derivado de las condiciones insalubres en que nos encontramos, tengo que decir que de no ser cumplidas mis demandas, Monica Bellucci y su servilleta decidiremos hacer público nuestro romance y me mudaré “ipso facto” a París a vivir felices para siempre, después de haber asesinado al teto de su marido.

Mi domadora que es una persona sumamente cabal; ante tal amenaza decidió que lo mejor era contratar una empleada de servicio doméstico, la cual hizo su grandiosa entrada el jueves pasado. Aún no tengo como nombrarla porque necesito verla primero pero en cuanto lo haga les entero. Parece que Joey le cayó muy bien y ella a el, por lo que esperamos que el can se reintegre a sus funciones de inmediato y sin protestas so pena de regalarlo y comprar una plantita.

La mala noticia es que el martes no vino y sí no viene mañana me cae que me saco los ojos por la nariz.
Safe Creative #0909184550069

4 comentarios:

  1. Muy bueno XD.

    Recordé una frase de mi idolo Woody Allen " en mi casa mando yo, pero la que toma las decisiones es mi esposa"

    Aunque las familias son como los países el varón es el presidente, la señora la oposición y/o congreso se requiere muchas negociaciones para solicitar aprovaciones para todo, y ver si pasan los paquetes desde fiscales hasta de nombramientos.

    Saludos

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  2. Jajaja, me has hecho reír, si es que los hombres os asustáis enseguida frente a un poco de desorden, y pobrecitas nosotras que salimos de un trabajo para meternos en otro (en casa, obvio)
    Has encontrado la solución perfecta, enhorabuena, todos contentos. Un sacreto, yo trabajo pocas horas a la semana y aún asi, después de una extensa reunión general, he conseguido tener ayuda una vez a la semana, estas casas grandes son imposibles y no estaba dispuesta a dejarme el pellejo en la limpieza, con lo que me gusta a mi escribir jaja necesito tiempo para hacerlo. Oye, estoy aprendiendo palabras nuevas contigo, imagino que 'chamba' signfica trabajo en méxico, registrada queda. Un abrazo!

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  3. JAJAJAJA... muy buen relato, creo que lo mejor y sin que la Generala se enoje, sería que regresaran al Tratado de Celaya.

    Que descansen en su próximo viaje a San Francisco y esperamos varios relatos de sus aventuras al regreso...

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  4. Hola, Mcrow, después de leer tu escrito, me gustaría hacer un pequeño inciso sobre algo que dijiste:
    Pienso que en vez de decir " que ella empezaba a trabajar"!, deberías de decir "que ella empezaba a trabajar fuera del hogar, porque llevar un hogar es un trabajo como otro cualquiera, y lo peor de todo es que no es demasiado apreciado y sólo te das cuenta cuando ya no está la persona que lo hace.
    Un rampyabrazo.

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