viernes, 27 de noviembre de 2009

Epifanía

No he querido dejar de escribir desde que volví a empezar. La verdad es que me da miedo hacerlo, porque la última vez que lo deje de hacer, me tomó diez años volver.
Por eso desde que retomé estos ejercicios de prosa, me he obligado a hacerlo por lo menos una vez a la semana.

La experiencia hasta ahora es sumamente gratificante y eso me ha hecho pensar mucho en como empezó esto de La Hora de Mcrow.

Me recuerdo vivamente hace más de diez años, sentado ante el teclado de una computadora que hoy sería considerada una antigüedad, en alguna de esas salas de chat que se volvieron tan populares en los noventas, usando mi sobrenombre de Mcrow.

En aquel entonces, estaba por terminar la universidad y sin embargo todavía buscaba mi identidad como adulto. En esa sala de chat hice grandes amigos que me regocijo de todavía contar con ellos en la distancia y seguir en contacto solo por esta supercarretera de la información; que será lo que ustedes quieran, pero como acorta las distancias.

Ahí de pronto con ese espíritu de payaso que siempre he tenido, me ponía a decir reflexiones de escasa importancia y hablaba de cosas que notaba, tenían un efecto en la gente.
Fue ahí cuando me enamoré de la escritura como una catarsis para mí y un medio para tocar las vidas de algunas personas que se dejaran hacerlo.
Hasta que alguien que no recuerdo bien, empezó a llamar a esos momentos como La Hora de Mcrow.

Posteriormente me mude al mail y acostumbraba mandar mis escritos a una lista en la que poco a poco se sumó mucha gente de muchos países.
Después de cierto “éxito” y algún tiempo de hacerlo, el sistema me absorbió hasta que de pronto sin más me detuve.
Podría echarle la culpa a muchas cosas, sin embargo el único que tuvo la culpa de eso fue quien esto escribe.

En ese tiempo conseguí un empleo en donde hoy todavía estoy y donde he crecido en todos los sentidos, tanto personal como profesional. Me mudé de Monterrey, me casé, regresé y mi vida transcurrió con todos los cambios normales de cualquier vida.

De pronto un día sin más volvió. Ahora no en chat, ahora no en mail. Sino en forma de blog, que es un medio que aún entraña muchísimos misterios para mí.

Regresó La Hora de Mcrow, con todo y el logotipo que un día hice y nunca use hasta ahora; pero sobretodo regresaron las ganas de escribir y de decir cosas que la mayoría de las veces carecen de importancia para la mayoría a excepción mía. Porque normalmente lo que escribo tiene que ver con personas a las que quiero profundamente o cosas que ocupan mi mente en ese momento.

Ahora aún descubro el como insertar texto aquí y otras cosas. Estoy conociendo ese submundo de los blogueros, conformado por un variopinto grupo de personas que nos gusta hablar de muchas cosas. Empecé a seguir gente que aunque no conozco, hoy le dan un sentido nuevo a mi vida y a mis escritos. Me reencontré con el mundo que existe más allá de este país y recordé, porque amo tanto las palabras y todo lo que a ellas les gusta decir.

Hoy bajo este seudónimo de Mcrow vuelvo a contarles a ustedes de mi esposa, de mi familia y amigos, de la salud, de los problemas cotidianos y del mundo que me rodea. Ustedes gentilmente me favorecen con su visita y sus comentarios, mismos que llenan de dicha mi corazón y mi espíritu; y mientras eso sucede y el mundo avanza a una velocidad vertiginosa, yo trataré de seguir cada semana aquí, hablando de cosas sin sentido, tratando de con esto llegar a los más profundos rincones de mi mente.

Esta epifanía hoy me vino sin anunciarse, así como un día me vino sin más, la necesidad de escribir, así como igualmente un día se fue y así como un día de tantos regresó sin hacer reservación.

Yo hoy doy gracias por esas ganas de escribir y de contarles cosas con todo el amor del mundo.

Aquí sigo y seguiré mientras esas ganas no decidan irse de nuevo.

6 comentarios:

  1. Un buen escrito para conocer Mcrow: Los orígenes. Saludos! GHL

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  2. Me voy con el sentimiento de conocerte más y más, y eso me gusta.
    Feliz fin de semana hermano, y que viva el Mcrow, recargado!

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  3. Que bueno que te integraste a este mundo de los blogs, no más cuidado que es muy adictivo pero sobre todo te da la mayoría de las veces pasión por la escritura. Es fabuloso.

    Por lo pronto mi estimado aquí seguimos leyendo la hora de mcrow.

    Saludos

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  4. Muy bien, se nota que se escribio con mucha sinceridad y con amor a las letras. Hasta ganas me dieron de abrir mi blog. Felicidades.

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  5. No veo problema de escribir sobre cosas que sólo nosotros entendamos en su totalidad, creo que lo que importa es transmitir el sentimiento y que alguien logre captar ese mensaje y aplicarlo a su propia vida.
    Creo que este blog vino para quedarse...me gusta...

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  6. Me ha gustado mucho tu escrito sobre los orígenes. Gracias por compartirlo.
    Un rampyabrazo.

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